martes, 26 de noviembre de 2013

21:04 - 1 comment

Frases célebres.

- ¡Mamá!
- ¿Qué pasa Elo?
- Me mordí un diente yo.
- ¿Cómo que te mordiste un diente?
- Sí, porque soy boluda.

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- ¿Qué estás haciendo, tío?
- Me estoy poniendo gel en el pelo.
- ¿Y por qué?
- Porque me tengo que peinar.
- ¿Y por qué?
- Porque tengo que ir a trabajar.
- ¿Y por qué?
- Para traer plata.
- ¿y me traes un chupetín?

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Hablando sola con un celular invisible.

- Hola ¿Padrino? Sí, estoy acá con la mamá Carito. No vengas que yo me porto bien. No. ¡Que yo me porto bien! ¡Lo llamo al viejo eh! ¡Ahora lo llamo al viejo!

Corta y marca de nuevo su palma.

- Viejo, Hola ¿Viejo? Soy yo, la Lucy Elodia, Sí sí. El Padrino no hace caso a yo. Sí. Ah bueno. ¿Le vas a hacer chas chas en la colita? Ah pobrecito... Bueno chau.

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- No se dice boludo ¿No?
- No. No se dice.
- No se dice pelotudo ¿No?
- No. No se dice.
- No se dice la puta parió ¿No?
- ¡Dejá de putear

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Llorando y meneando la cabeza de un lado a otro:

Quiero la memita, no quiero la memita, quiero la memita, no quiero la memita...

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Habla demasiado. En parte está bueno. En parte.

jueves, 21 de noviembre de 2013

jueves, 14 de noviembre de 2013

7:35 - 4 comments

La Rubia y Varg Vikernes

Tuve un sueño movido anoche, que se ve que duró toda la noche porque el último recuerdo que tengo de antes del sueño es acomodar la almohada para tocar la parte más fría con la cara.

Soñé que era amiga de una chica media rubia y estábamos en un departamento. No sé sí yo vivía ahí o estaba hinchando las bolas, sólo sé que era tarde y además no había agua y necesitaba usar el baño. Mi hija en ese momento no estaba. Es extraño como no notamos las cosas que obviamente no son normales en los sueños, porque de repente apareció una conocida del trabajo que no me cae bien y se metió al baño mientras yo estaba haciendo del uno y me dijo "no hagas caca que no hay agua", y yo le dije "quiero hacer pis nada más" y la flaca se quedó a inspeccionar. Todo esto de manera normal y pacífica. Ni yo me enojé porque la mina no me dió privacidad, ni ella se inmutó por estar al lado mío mientras yo hacía pis.

Después sacó una caja de arriba de un estante y se puso a buscar películas, y cayó la rubia y le dijo "esta no me gusta, esta no me gusta, esta tiene mucha sangre, me dan miedo las películas tailandesas" y yo las miraba sentada en el inodoro.

Entonces pasó lo que suele pasar en los sueños. Cambiamos completamente la escena de manera sutil y de golpe estaba hablando con Varg Vikernes que me hablaba en castellano y me decía que se sientía mal. En la conversación me dí cuenta que Vikernes era el novio de la rubia del departamento, y que la rubia es maestra, o profesora, o secretaría, o algo así, porque tenía una reunión importante con padres a las nueve y media de la noche. Yo estaba parada viendo como se estaba yendo Vikernes por la puerta y la rubia me mandó un mensaje, que no pude leer.

Entonces cuando decidí ir a buscar a la rubia para que lo ayude a Vikernes aparecí en una plaza, a las nueve y algo de la noche, con una mochila llena de abrigo y ahí mismo me empezó a sonar el celular. Pero no podía atender. Cuando miré alrededor estaba en un fogón junto con los crotos del barrio, que compartían alegremente un vinup.

El celular seguía sonando y la pantalla decía "Moni Argento", así que era mi vieja. Necesitaba atender pero la torpeza de mis dedos no me lo permitían. ¿vieron como cambia el formato de las pesadillas con el avance de la tecnología? Cuando era más chica lo que me ocurría en un mal sueño es no poder correr con mis propias piernas, ahora es no poder atender con mi propio celular -lo que me hace notar por qué, tanto en la vida real como la subconsciente, estoy más gordita- y entonces en un momento determinado aparece Vikernes otra vez, manejando un Falcon y con la cara muy pálida.

Me subí al auto y me preguntó donde quedaba el colegio donde trabajaba la rubia, yo le dije que era la escuela veinticinco, que está cerca de los departamentos y los bomberos de Ezeiza y que había que apurarse porque no íbamos a llegar a tiempo.

¿Ven? ¿Quién carajo escribe como el ojete los guiones de mis sueños? Hasta ahí creía que el asunto era ayudar a Varg Vikernes y ahí mismo descubrí que la que estaba por no contar el cuento era la rubia.

A todo esto ¿Ya habría agua en el departamento?

Mientras íbamos al colegio, Vikernes se quedó dormido. Es decir, mientras manejaba a una velocidad intermedia se quedó dormido. Y yo, que siempre pensé muy necesario aprender a manejar, puteé a Edu que nunca me enseñó. Uno nunca sabe cuando va a tener que ser copiloto de Varg Vikernes y verse forzado a hacer marcha atrás con un Falcon en plena ruta 205.

Y en un grito ahogado por un almohadón rosado, desperté.

domingo, 20 de octubre de 2013

Baldío

Cuando pienso en mi barrio cuando era chica se me vienen a la mente muchas manzanas con terrenos baldíos. Cada manzana tenía dos o tres casas, que ni siquiera tenían delimitado su terreno con alambrados ni muros. Eran patios que llegaban a la vereda y no existían los portones. Todas las casas tenían sus cachivaches afuera y a nadie se le ocurría tocar lo ajeno. Éramos todos conocidos.

Con el tiempo los terrenos baldíos se fueron ocupando y empezaron a llegar las familias que necesitaban marcar lo que era suyo. Y después de que el barrio se quedara sin terrenos, las familias empezaron a construir para arriba. Sí hago un esfuerzo creo que desde el techo de mi casa se podían ver las vías del tren o la ruta 205. Hoy veo muchas casas de dos pisos o incluso tres (estas más nuevas se fueron sumando para la llegada de algunos nietos)

Todas las manzanas se quedaron sin terrenos baldíos, excepto una: la nuestra. Y el terreno baldío es el que está justo entre la casa de La Doble y la casa de mi vecina, la que un día llegó y separó ese trecho entre el patio de La Doble y el mío.

Antes de que llegara esta vecina, con La Doble teníamos la idea de que cada una podría crecer y juntar plata para comprar esos terrenos y ser vecinas de al lado. Nos imaginabamos dos casas conectadas con un portoncito en medio para no tener que hacer la payasada de caminar hasta la vereda y golpear las manos adelante. La idea era muy buena hasta que vino esta señora a arrebatarme el sueño con su casita en forma de cabaña. No sólo arruinó completamente el plan sino también puso un muro de metro y medio quitando la posibilidad de ir a ver desde el patio de atrás sí La Doble ya está sentada con el mate en la mesita abajo del árbol.

"No importa. Todavía queda este terreno. Me está esperando a mi" Dijo La Doble. Y así parecía. Nunca preguntamos cuánto costaba ese terreno pero tenía el eterno cartel de se vende que cada dos por tres desaparecía y volvía a aparecer, como sí un comprador se arrepintiera. El pasto crecía más de un metro hasta que el cartel desaparecía, luego lo cortaban todo y sacaban las bolsas de basura que la groncha de enfrente tiraba todas las noches. Y cuando parecía que lo iban a ocupar ¡zácate! El cartel otra vez.

Esta vez cuando desapareció el cartel no nos hicimos problema hasta que empezaron a construir de un día para el otro. Hicieron un encadenado con forma de negocio y atrás otros más. Varios. No comprendo bien sí quieren hacer casas o cuchas, porque no me explico todavía como quieren meter todo eso en un terreno tan chico.

La cuestión es que hay moraleja en todo esto: apurate y crecé, que sino después llega otra y te caga el lugar o te mete una cabaña con muro para que no le puedas tirar piedras al techo de tu amiga.

miércoles, 16 de octubre de 2013

15:18 - 1 comment

Esperemos que sí

Hace mucho contaba más cosas en el blog. Este blog no, el otro, ese que tuve que dejar por problemas familiares. Recuerdo que era una bitacora de vida, y de a poco se había transformado en la historia de mi barrio en Ezeiza.

Creo que no es mala idea volver a intentarlo.

Así que ¿por qué no? Lo voy a intentar.

Vuelve de nuevo ese cuaderno, la Doble, la Vieja Codito, el Loco Dinamita, El Chofer del 306, en fin... Todos volvemos.

Espero que funcione.

sábado, 12 de octubre de 2013

1:21 - 1 comment

Así va quedando

Al final no era tan doloroso el asunto.

Me tatué el blasón de los Starks de Winterfell, o Invernalia sí lo prefieren. Para los que no saben quiénes son los invito a leer Canción de Hielo y Fuego, una saga de libros ambientado en una época medieval de caballeros, reyes, cerveza de barril, guerra, sangre, incestos, espadas, intrigas, queso de cabra, dragones, putas, eunucos y un enano.

Canción de Hielo y Fuego es una historia que aún está siendo escrita, llevando hasta ahora cinco libros y tengo entendido que al finalizar serán siete. Para aquellos que disfrutan de las buenas series seguramente conocen "Game of Thrones", que resulta ser la adaptación de los libros. Esta serie va por la tercer temporada, y a pesar de que vienen muchos giles a decirme "Breaking Bad está mucho mejor" debo decir que aún no tuve oportunidad de ver esa serie, pero vi esta y la recomiendo con toda emoción, imaginense, que hasta me tatué en honor a está historia increíble.

Falta terminar el tattoo, porque irá pintado de gris y abajo lleva la frase "Winter is Coming", Se Acerca El Invierno, o en criollo: Hará un frío que rajará culos.

Volviendo al tema: Mientras me tatuaban, el tatuador me dijo que le sorprendía lo inmóviles y silenciosas que éramos la señorita Lakrym y yo, señalando que hubo una vez que un flaco se quejaba tanto y se movía mariconeando de tal manera que lo tatuó mal. Eso me hizo pensar que no es la primera vez que me dicen que los hombres suelen ser maricones a la hora de tatuarse. Mi teoría es que las mujeres estamos acostumbradas al dolor. No digo que somos víctimas, ni estoy haciendo un comentario feminista, sino que realmente estamos acostumbradas. Nosotras tenemos el dolor de parir, primero y principal. Eso no es comparable a nada que les pase (naturalmente hablando) a los hombres. Después tenemos el dolor de Andrés cuatro días al mes (hice un verso sin mucho esfuerzo) Sacando lo natural, nosotras estamos acostumbradas a la depilación. Ya sea con cera, con depiladora o con una pincita, duele como la hostia. El que tuvo la genial idea de que las mujeres debían tener toda zona libre de pelos debe estar ardiendo en el peor de los infiernos. Cuando me senté para tatuarme supuse que el dolor seria parecido al dolor que genera la depiladora eléctrica y gratamente estaba equivocada. En fin. Hombres: no sean nenazas. Peor es ser travesti y tener que hacerse la tira de cola.

miércoles, 9 de octubre de 2013

5:15 - 1 comment

Previa

Son las cinco de la madrugada y no puedo dormir. Pupita vomitó gran parte de la noche y se despabiló cada vez que lo hacía, pero una que es madre aprende cosas básicas: cuando ya no queda nada por vomitar te cansas y te dormís.

Pero no sólo el malestar de Pupita me quita el sueño.

Resulta que mañana me tatúo. Hasta el momento no tenía drama alguno y estaba razonablemente tranquila, contenta incluso, pero ahora la perspectiva me da cagazo. ¿Dolerá mucho?

martes, 24 de septiembre de 2013

El fino y el bombeador

Estos sucesos pasaron hace unos días, y casi me provocan un paro cardíaco.

Era una noche de esas bien fuleras, de frío bastante denso y mucha incomodidad para dormir. Llevaba varios días nerviosa por los preparativos del cumple del humanito y por mi horrible obsesión por la hora. En casa todos dormían. Fue ahí que escuché el bombeador del patio y decidí levantarme en la oscuridad. Cerré bien la puerta de la pieza y aprovechando que el ruido del bombeador iba a disimular el ruido de la ventana al abrirse, la abrí y prendí el fino.

En casa no saben que fumo y no lo sospechan ya que no fumo cigarrillos, así que dan por obvio que sí no fumo tabaco no fumo marihuana. A su vez tampoco fumo todos los días, ni siquiera todas las semanas. Tengo la costumbre de prender el fino, fumar un poquito y apagarlo, por lo cual uno solo me puede durar meses.

En fin. Seguí el protocolo. Lo prendí y un minuto después lo apagué, dejé la ventana abierta y me acosté otra vez. Me dejé envolver por todos los sonidos de la noche y de repente empezó el problema.

El bombeador estaba funcionando y se apagó. Luego se volvió a prender, luego se volvió a apagar, luego se volvió a prender, luego se volvió a apagar... Etcétera. Yo escuché eso y creí que era idea mía hasta que recordé que el automático del bombeador estaba andando mal desde hacía unos días. "Ya se apagará. Siempre se apaga tarde o temprano" pensé.

Mi viejo, que andaba de franco sin poder dormir estaba escuchando y se levantó a ver qué pasaba, así que fue directo al patio. "Ahora este va al fondo y siente el olor a humo, viene y me echa al carajo " pensé y empecé a sentir el pulso acelerando.

Mi viejo salió, fue al fondo, desconecto el bombeador, entró a la pieza y empezó a discutir con mi vieja. Yo escuchaba todo por la mitad y en un momento escuché un  fragmento: "...un olor a humo terrible!"

"Bueno... Algún día se tenían que enterar. No estoy lastimando a nadie y no estoy haciendo nada malo. Ya está, me levanto y doy la cara, tengo veinticuatro años, soy suficientemente grande como para hacer lo que me parezca" y abrí la puerta.

"¿Paso algo papá ?" digo con mi mejor cara de poker, como inmutable. Poniendo postura de seguridad y firmeza para que no se notara el cagazo. Juro que pude visualizar el quilombo en menos de dos segundos. Esperaba lo peor, me veía juntando mis cosas en la calle. Lo miro a mi viejo encabronadísimo y me responde:

"Sí! Yo tengo que estar en todo! Se quemó el bombeador, afuera hay olor a quemado y todo, ustedes van a comprar otro! "

Nunca respiré tan a gusto.

"Aaaaahhhh bueno, mañana lo solucionamos. Je, que descanses!"

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Ya son dos!

Hace mucho tiempo que tengo abandonado este blog. No es que lo vaya a dejar -por eso cada tanto paso un escobillón, para no olvidarme- sino que a veces el día me resulta corto.

¿y por qué? Porque tengo una mocosa linda para cuidar. Una mocosa que hoy cumple dos bellos años.

¡Feliz cumple, Lucy Elodia! O como todos te conocen acá: Pupita.

sábado, 24 de agosto de 2013

Temas para charlar

  Enamoramiento a primera vista - ¿Cómo estar seguro de que esa persona no es un asesino en serie o en sus ratos libres espía niños colorados?

Sí no existiera google como reemplazariamos el verbo "googlear"?

Sólo puedo escuchar "Marta" en el tema Mutter.

Escuchar a Axl Rose cantar es como escuchar un cassette rebobinando.

* He regresado del más allá y tengo mucho que contar. Las cosas sorprendentes que sólo suceden en el maravilloso mundo mágico de Wirkerfrau y la Orden de las Churrucas galopantes.

P.D: ¿Vieron los prófugos del penal de Ezeiza? Bueno. Uno es vecino mío. De bien pegado a casa.

Necesitaba decirlo (?)

jueves, 25 de julio de 2013

8:59 - 3 comments

Megapéutico

La actualización de la app de Blogger para android me está intimidando. Tengo un borrador desde hace un mes pero no guarda lo que agrego cuando estoy al pedo y decido escribir.

Estos textos son un poco terapéuticos. Tera... ¿Tera no es una medida? ¿Viene después del giga? 1024 mb hacen un giga. 1024 gigas ¿hacen un tera? 1024 megapéuticos hacen un terapéutico.

Ok, no.

Es temprano para decir boludeces. Sólo venía a aclarar que sí no actualizo es por culpa de las actualizaciones malvadas de blogger.

martes, 23 de julio de 2013

Iba parada en el lugar reservado para las sillas de ruedas en el trescientos seis, con los auriculares puestos y el volumen al mango escuchando "Limbs" de Agalloch. Tema que dura un tercio del viaje. El amontonamiento me mareaba mucho y muy sutilmente alguien había dejado escapar un flato de altos niveles de concentración. Decidí mirar por la ventana y tratar de distraerme en el viaje, pensando en el sonido de guitarra que entraba crudo a mis oídos.

Y ahí sucedió.

Mirando por la ventana una imagen me llamó mucho la atención: Una familia. Papá con un nene a upa, mamá con un bebé a upa e hijo parado.

Solo hizo click arriba, en el engranaje que controla el flujo de ideas absurdas de Wirkerfrau, donde se gestan las más innecesarias acotaciones de sobremesa y dan a luz todo tipo de giladas como lo que está leyendo usted ahora, ahí, mirando la pantalla creyendo que yo tengo idea de cómo escribir algo. Sepa que no. Pero siga leyendo.

Miré a la familia en lo que pareció un pestaneo fugaz, lo que tardó el colectivo en seguir el recorrido, tiempo suficientemente largo como para que pensara:

"La gente no debería tener más hijos que la cantidad que puede cargar en brazos. ¿Qué pasa sí hay una invasión zombie y tienen que huir?"

Debo decir que mi cabeza crea una incontable cantidad de estos pensamientos al día. Uno atrás de otro sin dejar un margen demasiado grande entre ellos. Nunca stand by. Es la manera que tiene mi cabeza de distraerse sanamente de la rutina.

Pero nunca me los guardo para mi.

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P.D: Estaba escribiendole sobre los DOS robos que sufrí en UNA semana. Uno fue en la calle, a la salida del trabajo. El otro fue en casa mientras dormíamos. Toda la adrenalina esa noche. Estamos bien. Me robaron plata, el celular, una bicicleta y un control remoto.

Extraño el control remoto. Todo lo demás se vuelve a conseguir pero ¿vieron que cuando uno rompe o pierde -o le roban- un control remoto te da paja ir a comprar otro?

Puta aplicación de Android que borró mi entrada. Pero gracias por dejarme administrar mi blog otra vez.

Señores pendejos chorros: sí leen esto ¿les puedo pedir que desactiven mi cuenta de blogger de ese celular? Y tiren esa foto de carnet de mi hermano con cresta. Sólo yo tengo permitido burlarme.

martes, 25 de junio de 2013

viernes, 31 de mayo de 2013

¿Era b de burro o v de vayase al demonio?

Tengo la teoría de que la ortografía se fue dando de manera estética con el correr de su desarrollo. Algunos van a venir a darme clases de castellano antiguo o introducción a la lengua hispana I para debatir en mi blog lleno de telarañas (igual de a poco paso el escobillón, tranquilos) sólo para decir "estás diciendo boludeces pendeja, a ver si largamos un poco la internet y hacemos algo productivo" pero voy a explicar un poco lo que tengo en mente sobre esto, de aburrida nomás.

¿Alguna vez han tenido la idea de que el vestido color salmón de la tía Carmen no combina para nada con los aros verdelimón, el colorado gilda en el cabello y los mostachos en creciente arriba del labio? Bueno. Yo creo que las palabras son señoras muy de su casa. Bellas cada una a su manera. Cada palabra escrita es una mujer que se maquilla para ser fotografiada.

Nuestro trabajo al escribir es simple: Ser una buena amiga de esas mujeres. Revisar que todo este armonioso para darnos cuenta a simple vista cuando algo no se ve bien y corregirlo. De esta manera podemos ayudarlas a lucirse.

Y nosotros sabemos cuando las viejas palabras, las viejas Tías Cármenes de nuestra lengua, llevan corrido el rimel o se le ven manchas de lápiz labial en los dientes. No podemos negar que "paíces y probincias", "tigera", "estube", "sielo y nuves" etc etc se ven mal. Más que nada porque las conocemos desde hace años y nos acompañaron muchas veces cuando estábamos en primer grado.

A esto voy precisamente con lo de la estética. ¿Quién dice qué cosas son ridículas o estéticamente feas? Sin dudas hubo alguien que hizo un escrutinio para elegir las palabras que tenemos siempre presentes en todos los debates de Literati.

Hace unos días, hablando con Santiago de Córdoba, sucedió de golpe esta conversación:

W - Creí que la palabra es absorvente. Que extraño... Se ve que no.

S - Es así. Está bien.

W - Pero el autocorrector pone "absorbente", con b.

S - Para el orto. Es con v... Ah no! Es con b, como sorber o sorbo. Dios...

W - ¿Pero viste que se ve feo?

En mi mente de soñadora que analiza todo imaginando situaciones fantásticas sacadas como de videoclip pseudo punk lleno de baile y consumo de estupefacientes, la creación de algunas palabras fue hecha bajo un debate en asamblea pública. Un par de viejas vestidas con túnicas púrpura y pergaminos amarillentos bajo el brazo, señalando con dedos de uñas largas, algunas elevando el meñique (se que Lakrym Zavreena estará elevando el dedo mientras lee esto) y algunas juntando el índice y el pulgar puntualizando cada acento en las palabras que notablemente serían esdrújulas.

Sí... Debería dejar las nebulizaciones con nafta.

sábado, 18 de mayo de 2013

Persignar

Hace mucho tiempo tuve una conversación con un amigo del secundario.

Yo, que llegaba siempre tarde y me sentaba del lado de la ventana, cada vez que me iba a sentar tenía que actuar bajo el protocolo establecido: le pedía que se incline un poco hacia adelante mientras yo revisaba sí mis zapatillas no tenían demasiada mugre. Luego ponía, primero el pié izquierdo en el asiento, una mano en el respaldo de la silla y la otra en su espalda. Daba un tirón y saltaba a mi asiento.

Ese día había llegado primero y lo esperaba sentada de costado. No sería la primera vez que faltaba pero aquel día no había muchas razones para no asistir. Había amanecido cálido, era casi fin de semana y teníamos inglés al mediodía y taller a la tarde, que en criollo sería hora libre al mediodía y un rato de práctico y el resto de horas de música y mates a la tarde. Sí había faltado tendría que ser por algo. ¿Quien desaprovecha una falta en un día tan relajado como el jueves? Y nosotros que desaprovechabamos seguido los viernes o los lunes de invierno sabíamos que 27 faltas es poco. -después me pregunto por qué aún no tengo el título del secundario. Sí-

Mientras me disponía a sacar la carpeta y acomodaba mis petates él llegó. Había llegado casi a trote y se sentó rápido, con la mirada perdida y tronandose los dedos con nerviosismo.

"Hola don. ¿Te pasó algo? - le pregunté. Estaba a punto de hacerle un chiste y lo pensé mejor.
-¿Alguna vez te dio cagazo algo que a simple vista es una boludez?- me preguntó. Se notaba en la expresión que acababa de pensar en eso y más que decírmelo a mí se lo estaba diciendo a sí mismo.
-Sí, bastantes veces. La mayoría de las cosas que nos dan cagazo son una boludez al final. Después te terminas acordando y te da gracia-. Noté que el nudo que tenía entre las cejas se le fue desatando mientras me escuchaba. El profesor de filosofía, Carlos Paz (sí, igual que el lugar, sí) estaba hablando en voz alta e iba anotando en el pizarrón algunas cosas sobre el método empírico. Mientras hablaba nos miraba de a uno sin perder el hilo del discurso.
-... Las paredes de la casa de Matías son blancas, las paredes de la casa de Pedro son blancas, las paredes de la casa de Juan son blancas... Por lo tanto todas las paredes de todas las casas son blancas... ¿Quiere venir a dar la clase usted señorita o tiene algo para contarnos a todos acá adelante?- me dijo mirándome a los ojos. Había un rumor que decía que Carlos Paz tenía un ojo de vidrio y que aquel ojo del párpado caído, que ahora no recuerdo sí era el izquierdo o derecho, estaba completamente ciego. Sín embargo el otro podía ver. Era un misterio para mí como ante cuarenta pibes ahí sentados el ojo vivo de Carlos Paz siempre me enganchaba a mi. A dos metros de donde estábamos sentados se escuchó una risa.
-No, perdón. -dije y fingí copiar. Le escribí en una hoja cualquiera "después me contás. Culo" y lo vi sonreír mientras leía. "sos una pelotuda"escribió. Sonreí y nos quedamos en silencio hasta que sonó el timbre para salir.

-Tenías razón. Ahora que lo pienso era una boludez- me dijo Juan mientras destapaba una gaseosa - venía caminando por aquella calle, la del negocio del metegol y venía tranquilo con el mp3 y me cruce con una señora que delante mío se hizo la señal de la cruz.
-¿Por qué? - le pregunté. La pregunta normal hubiese sido "¿y te asustaste por eso?" Y sin dudas hubiese sido esa la pregunta que cualquiera (incluida yo) hubiese utilizado, pero entendía bien el motivo por el cual él se había sentido incómodo. No hay iglesias, vírgenes, ni gauchitos, ni san cayetanos ni ningún tipo de estatuas o mini santuarios de ningún tipo en esa calle. Es común ver gente persignándose ante cualquiera de estos símbolos, pero que pasando por ahí en medio de la nada y sin motivo alguno alguien decida hacerse la señal de la cruz en plena calle no es común.
- No tengo idea por qué. Pero después me miró a mi y cuando estaba llegando vi en la esquina un par de cartas españolas tiradas y me dio cagazo, no sé por qué.-
Me senté en el escalón de la puerta roja y él se sentó al lado mío. La puerta roja era el único lugar donde no daba el sol a esa hora y donde no nos podía volar un pelotazo de los que hacían gimnasia en el contraturno.
-Posiblemente fue la misma vieja que se persignó delante del gordo hace unos meses... Tranquilo, vos no te vas a morir. Sólo tenes que estar atento antes de cruzar la ruta. O al menos sacarte los auriculares más seguido para que ningún colectivo te lleve puesto. Dame un auricular ahora, que por acá no pasa el 306- le dije. Y nos quedamos esperando que nos vengan a buscar después de la hora libre.

sábado, 27 de abril de 2013

Elodia

Cuando me acerqué a él me temblaban las piernas, como a todas aquellas personas que se encuentran con la persona que más admiran. Años y años han pasado desde aquella noche que, con auriculares para no molestar a mis viejos, escuché el primer tema de Lacrimosa: Alleine Zu Zweit, del álbum Elodia.

Aquella noche los violines y la guitarra eléctrica me aflojaron todo adentro. La sacudida en mi corazón fue como si hubiese tratado de contener media docena de vasos de vidrio cayendo al piso.

Estaba ahí parada delante de Tilo Wolff, sujetando nerviosa fotos de mi hija. Él me saludó y me dió un abrazo fuerte con total cariño. En ese momento olvidé todo el inglés que sé, olvidé que tenía que decirle que el amigurumi que le tiraron al escenario cuando estaba cantando y que Jay P (Guitarrista) levantó de piso, se lo dió y él mostró delante de todo el teatro Vorterix para luego guardarlo en su bolsillo lo había hecho yo. Olvidé todo. Estaba delante de un hombre que me puso la piel de gallina desde que tengo quince años. Sujeté una de las fotos de mi hija y se la di.

"... This is for you..."
"Thanks! Who is she?"

El corazón latiendome fuerte. Me está preguntando quién es Pupita. Un millón de emociones me atravesaron por las venas. El mundo era blando en ese momento y yo estaba aturdida.

"She's my daughter. Her name is Elodia"
"Ohhh REALLY?"

Y mi voz se quebró, se fué, no estaba más en mi garganta. Mi cabeza actuó rápido y se movió de arriba hacia abajo, mientras le daba otra foto más y trataba de recordar cómo pedirle que me la autografiara.

"Please..." y antes de que pudiera decir algo más él escribió:


Y mientras él escribía se me cayeron las lágrimas. Alrededor nuestro todos los presentes miraban y comentaban lo que estaba pasando. Al verme a mi hecha una tonta emocionada y feliz se enternecían al unísono. Awwww... Cuando me dió la foto autografiada me miró con una sonrisa inmensa, una sonrisa feliz de hombre halagado, de músico que descubre que acá en el culo del mundo una persona que no vió nunca en su vida -O eso cree él, los músicos no pueden recordar a cuántas otras chicas sensibles les autografían en los meetings años anteriores- decidió ponerle a su hija el nombre de uno de sus más grandes álbumes.

Me miró con una sonrisa y descubrió que para mi ese simple gesto significaba muchísimo, tanto como para haberme hecho emocionar hasta las lágrimas.

Me abrazó fuerte otra vez y yo fuí inmensamente feliz.


miércoles, 24 de abril de 2013

Casi Jueves

¿Alguna vez han visto un elefante escondido detrás de una margarita? ¿No? ¿Vieron que bien se esconden?

Ok, no.

Estoy hasta aquí de presión, pero la presión siempre tiene ese tinte de adrenalina que me llena las venas de speed con vodka y un toque pequeño de granadina o jugo baggio de durazno. Vamos al grano, donde les cuento que estoy viviendo tan al límite que decidí escribir esta entrada con lo último de batería que tiene la netbook.

El tesoro está en... argh...ARGH... argh...

En fin. Vengo escribiendo una historia que tiene como cimientos un viaje en el tiempo pero no logro enganchar todos los items que tenía pensado agregarle (Digo todo esto y el párpado del ojo derecho me late mucho. Creo que está a punto de estallar)

Hace mucho no digo mucho, o hace bastante que estoy diciendo poco y nada. Siempre me gustó decir lo que tengo en mente y decirlo en voz alta, pero se va haciendo complicado escribir y vigilar que el humanito no ande levantando bichos del piso que terminarán en su boca o en la boca de algún amiguito cercano.

Les planteo entonces, ya que ando por acá, un par de incógnitas de sobremesa que me vienen atropeyando con todo y milangas:

¿Cómo sabe un ciego que se limpió bien el culo después de cagar?
¿Por qué las bebidas se llaman bebidas aún cuando todavía no las bebimos?
¿Por qué Sibarita es tan rica?
¿Quién es Marcela Brane?
¿Usted usa el papel higiénico doblado o hecho bollito?
¿Me puede repetir la pregunta?


Algún día volveré a escribir como corresponde. Algún día, Jennifer.

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P.D: Mañana voy a ver a Lacrimosa en el Vorterix. Si alguno anda por ahí pase a saludar.

lunes, 8 de abril de 2013

sábado, 30 de marzo de 2013

Confesión 02

Alguna que otra vez me he preguntado sí será necesario hablar de esto en un divan o sí no le tengo que dar mayor importancia.

Para muchos caminar por la vereda sin pisar las líneas entre baldosa y baldosa era un simple e inocente entretenimiento, e íbamos todos felices y seguros apoyando talón a resguardo y planta del pie bien en el centro. Hasta que un día un gil -de esos que seguro vivía en calle de tierra o peor, empedrado (cosa que odio con todo mi putrefacto bobo) dijo "todos los que caminan contando las baldosas y no pisan la línea sufren trastorno obsesivo compulsivo"

A partir de ese momento hubo que empezar a disimular y así se inventó la rayuela y el mocca con granadina y pasas de uva. Uno de estos inventos no tuvo mucha repercusión pero se le guarda muy bien la patente por las dudas. El otro es consecuencia de la incertidumbre, como me pasa a mi.

Les juro que no puedo hacer algo sí no está en el orden correcto que debe tener. Desde chica me cago todos y cada uno de los tutti fruttis donde al no recordar un animal y y una comida que empiece con D no podía pasar a "países" y todos sabemos que está Dinamarca. Pero también tenemos Djibouti, que está en África y con mucha alegría encontré una tarde... Pero jamás pude refregar en la cara a nadie.

Cuando me hago una tostada es manteca y dulce. No existe otra alternativa posible y no importa si te gusta la mermelada o dulce de leche, el dulce de batata o membrillo. Es manteca - luego dulce.

Para bañarme empiezo por cabeza, cara, hombros, brazos, tetas, panza, pochola, culo, piernas y piernas. No existe otra manera de bañarse y que sea correcta.

Lo mismo para vestirme. Siempre hay que arrancar por el calzoncillo o bombacha y luego, de ser mujer, corpiño y pasar directamente al pantalón. No es aceptable ponerse una remera sin antes haberse puesto un pantalón. De hecho, la vez que lo intenté para llegar temprano a la escuela me sentí tan mal, tan incómoda q tuve que pedir permiso para ir al baño, desvestirme completamente y vestirme otra vez de la manera correcta.

martes, 26 de marzo de 2013

Confesión 01 por perder la cuenta

Corre la arena del reloj. Hoy les digo, mis nobles, fieles y alegres bloggers que por estos pagos han de deslizarse... ¿Dónde está la dueña de este cuaderno?

Ahora está escribiendo esto y son como las dos y media de la madrugada. Ustedes lo leeran mañana a una hora decente, posiblemente con un abrigo de lana para conservar el escaso calor corporal y una mano en la entrepierna para facilitar así el rascado de las pelotas.

A esta hora suelo aprovechar para leer giladas mientras duerme la dueña y señora de mis tetas. No esperen mucho, pero regresé a esta, mi casa, y pintaré las paredes, retiré el polvo y las telarañas y sí me queda tiempo voy a hacerme una limpieza de cutis porque tengo la frente llena de pornocos.

domingo, 24 de febrero de 2013

Los Amigurumis

¿No se han preguntado por qué razón me cambié el nombre a WirkerFrau?

Sin dar muchos rodeos al respecto paso a explicar de manera corta y concisa: WirkerFrau es un compuesto de Wirker que en alemán es "tejer" y Frau de "fraulein" que significa "mujer" o "señorita". Así que básicamente hablando sería  "mujer que teje".

Y ahí está el motivo.

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Primera entrada escrita desde el celular wirkerfrauliano.

miércoles, 6 de febrero de 2013

2:07 - 3 comments

Desahogo tardío de aquel 21 de diciembre

Estaba pensando que con todo esto del año 2012, que el mundo se acababa y al final no pasó nada digo ¿y si pasaba? Es decir, más allá de la lógica debo admitir que yo tenía el culo en la mano el 20 de diciembre, y el 21 a las ocho y pico. Hay que ser realistas y asumir que igual, te creas o no el cuento, la duda a lo desconocido siempre está. De haberse acabado el mundo me hubiesen quedado muchas cosas colgadas para decir. Pero muchas cosas. Ese tipo de cosas que me reservo para mi porque soy egoísta.

Pero ser egoísta me ha hecho sudar la gota gorda en aquel abismo que había aquel 20 de diciembre a las 20.59. Así que voy a contar al menos una de las cosas que recuerdo -SIEMPRE va a pasar que te sentás a querer escribir sobre las miles de pelotudeces que tengas para decir y no te vas a acordar ni media-

Tengo la sospecha de que hay personas que saben leer la mente. Es una cosa que no me deja vivir tranquila. Voy por la vida restringiendo la posibilidad de pensar en cosas chanchas porque presiento que ALGUIEN lo sabe. Alguien se va a enterar tarde o temprano. Por esa razón no me da desearle un mal a alguien, o planear alguna maldad particular, o envidiar, o pensar lo feo que le queda el corte de pelo a un amigo, lo asqueroso que es el lunar en forma de moco arriba del labio de una amiga...

Aún así eso no jode tanto que el hecho de pensar cosas chanchas. Eso si es incómodo.

Pero estoy segura de que no debo ser la única. ¿Nunca estuvieron cerca de alguien y pensaron que esa persona era capaz de leerles la mente? Algo como "si estás leyendo mi mente en este preciso momento cerrá la mano...ahora...ahora... AHORA. OH SANTISIMO JESUCRISTO"


martes, 15 de enero de 2013

El mayor de mis cagazos

Cuando era chica y todavía no sabía limpiarme los mocos mi mayor cagazo era que me hagan algún tipo de sutura en alguna parte del cuerpo. La idea de que me pasara algo y tuvieran que coserme me generaba terror. El sólo hecho de imaginar una aguja pasar una y otra vez por capas de mi piel para unir dos partes de mí era lo peor que podía pasarme y andaba con cuidado antes de mandarme alguna cagada importante. Ese era mi mayor miedo, la peor pesadilla que podía atormentar mis noches.

Después de aquella tarde que mi hermano me tiró un pedazo de teja en la cabeza me di cuenta que no era tan grave. Resulta que si te dan un buen tejazo el golpe funciona de anestésico y practicamente no sentís nada. O bien sentís, pero lo peor ya ha pasado.

Tiempo después, como ya había superado el temor a las suturas me di cuenta que le tenía miedo a las operaciones, que es como una sutura pero por afuera y por adentro, sin oponer ningún tipo de resistencia, sin dar batalla. Vas, te acostás y te entregás a una persona que va a hurguetear adentro tuyo como si estuviera revisando un monedero, cortando piel, grasa, carne y después cosiendo, cosiendo, cosiendo.

Cuando me dijeron a los catorce años que me iban a operar de amigdalas y adenoides sufrí el peor mes de cagazo continuo imaginando todo tipo de situaciones donde sintiera dolor antes, durante o después de la operación. Pero cuando llegó el momento me di cuenta que lo bueno de una operación es que estás dopado, lo segundo es que en casos como el mío tenía que comer mucho helado (la contra es que dolía comer helado, pero no importaba ¡es helado!) y lo tercero es que no recordás nada, ni siquiera en donde pusieron las manos los doctores. Y ojos que no ven, pudor que no reacciona.

Después de eso viví muchos años tranquila, ya no temiéndole a suturas ni a operaciones sino a cosas vanales  como el kraken. Meterme en una pelopincho y nadar abajo del agua me daba cosita, pero no era algo demasiado incómodo porque jamás me gustó eso de andar semiempelotas por ahí, así que en lo posible esquivaba las pelopinchos. La vida era cómoda y agradable, lo peor ya había pasado y por alguna razón mi vieja se tomó eso de comer helado como algo que era permanente y yo estiré mi suerte todo lo que pude. La vida me daba días pacíficos y no había algo que me quitara el sueño.

Eso fue así hasta que llegó una Pupita con forma de maní en una ecografía.

La verdad les parecerá increíble pero tardé meses en reaccionar sobre un detalle inmensamente imposible de dejar pasar respecto a la criatura, un detalle que para cualquiera es obvio: El bebé tiene que salir algún día. La felicidad de saber que viene un hijo es enorme, pero también es enorme el cagazo al dolor que implicará que nazca. La Pupita iba a salir más tarde o más temprano y sin dudas iba a ser más jodido que una operación de amigdalas y nadie iba a dormirme en ese momento.

Ustedes, los que no son padres y leen este blog imaginen que una embarazada está despierta y completamente conciente de que tiene que afrontar que un pibe de tres kilos y pico y medio metro de estatura tiene que salir por ahí y no hay posibilidad de escapar de eso. Ahí estaba yo entonces, ese 10 de septiembre, sufriendo dolores que son indescriptibles, bancandome que mi vieja haya avisado a todos los conocidos, parientes, amigos, vecinos, almaceneros, kiosqueros, todos, y que todos vinieran a saludarme y preguntarme cómo estaba mientras yo apretaba manos y dientes y trataba de no mandar a cagar al mundo y a todos los hombres que en él habitan. Se sufre, muchachas. Se sufren las contracciones que es como un dolor menstrual multiplicado, se sufre cuando te toca un doctor que tiene que hacerte tacto y tiene dedos del tamaño de salchichas de viena, se sufre cuando empezás a ver doble, triple, cuando te tratan de boluda y te dicen que "todavía falta" y vos sabés que no falta un carajo, que el pibe va a salir, que el dolor es insoportable y sobre todo el cagazo, El Señor Cagazo padre de todos los cagazos porque parir un hijo para todos es lo más natural del mundo, pero para una que es primeriza y que está ahí aguantandose como el cuerpo está retorciendose solo no lo es. Parir a un hijo será natural para la humanidad entera pero para la mujer que va a parir es una situación de terrible miedo. Se sufre mucho y sobre todo se sufre si vas a parir a un hospital público y te tratan como si fueses un cacho de carne sin sentimientos.

Uno de los diálogos que recuerdo de aquella madrugada el 11 de septiembre, después de haber nacido Pupita y luego de casi nueve horas de trabajo de parto, en el momento en que estaban atendiendome a mi y mandando mano sin ningún tipo de consideración es:

Partera1
Uh... allá atrás sigue sangrando...

Partera 2
Bueno, hay que coser

Partera 1
Si pero no hay aguja *inserte nombre de aguja si usted sabe qué aguja sirve para "allá atrás"*

Partera 2
Igual hay que coser.

Recordar todo aquello es como vislumbrar una de las películas de Saw el Juego del Miedo.

Hace unos días estaba mirando The Walking Dead junto a mi hermano y mi cuñada. Estaban pasando una parte donde Lori tiene que parir al bebé en la prisión. Mientras estaba mirando esa escena mi cerebro me hizo cruzar las piernas y taparme los oídos muy fuerte - Por alguna razón siempre que veo algo que me horroriza me tapo los oídos, pero no cierro los ojos. Mi mente cree que cerrando el canal auditivo se sufre menos, vaya a saber por qué- y mi cuñada que aún no es madre me dice "Bueh! ¿Para tanto? Si es lo más normal del mundo parir un hijo. Antes no había hospitales ni clínicas y las mujeres no hacían tanto drama"

Creo que hay cosas que la gente termina descubriendo sola. Por mi parte digo: Lo natural no significa menos  sufrible. Si mañana fuera natural que una mutación genética nos haga a todos los seres humanos del mundo perder una oreja a los 45 años de edad en un periodo de una semana, no por eso sería menos doloroso.

Wirkerfraü

Supongo que algún día te va a tocar, y cuando empieces a gritar como una loca voy a decirte "tranquila, cuña, que es lo más normal del mundo. Vas a ver como me vas a mandar derechito a la mierda"

miércoles, 2 de enero de 2013

Igualdad de Género


Con esto de la igualdad de género se fue desvirtuando completamente la idea principal.

Cáda vez más hombres amanerados que gastan fortunas en cosméticos, cremas, accesorios...

Entienda que pedíamos igualdad, no para que ustedes se depilaran, sino para que nosotras pudieramos dejar de hacerlo.

2013, dame fuerzas para volver a escribir un poco más decentemente...